Posteado por: Martín | domingo, enero 27, 2008

Capítulo Uno: En el que conocemos a los protagonistas

Albus Potter se quitó los anteojos y se frotó los ojos, cansado de tanto leer. Estaba en las últimas treinta y seis horas antes de rendir sus TIMOS, y había estado estudiando sin parar, desesperado por repasar todos los temas en los que creía estar flojo. Aquella noche, durante la cena, había comido apenas un par de bocados de su plato y se había ido casi corriendo a su dormitorio a estudiar. Estaba aterrorizado.

Últimamente, Al pasaba más tiempo en su dormitorio y en la biblioteca que en cualquier otro lugar. Allí se aislaba del mundo leyendo incesamentemente y escuchando música en su MP4, al que hacía funcionar con magia. En aquel momento, mientras en sus oídos sonaba Keep on chooglin, de Credence Clearwater Revival -a Albus le gustaban los clásicos-, el chico tenía su mente absolutamente absorta en el período de Artemisia Lufkin como ministra de la Magia (la primera mujer en ocupar el cargo). Por eso le resultó fácil a su mejor amigo Scorpius Malfoy acercársele sigilosamente y darle una palmada en el hombro que lo sobresaltó tanto que lo hizo caerse de la cama. Al se quitó los auriculares y dijo:

-¡Idiota! ¡Me asustaste!

-Lo siento, Al -dijo Scorpius con una sonrisa que expresaba exactamente lo contrario de sus palabras.

-No entiendo cómo puedes estudiar tan poco y aún así sacarte tan buenas notas -dijo Albus.

-Es un don natural, todo lo que leo o oigo en clases me queda grabado. No necesito repasarlo una y otra vez.

-Bueno, ojalá yo lo tuviera -dijo Albus. Su memoria no era tan mala como, por ejemplo, la de su profesor de Herbología Neville Longbottom, pero daba mucho que desear.

-¡No te preocupes, Albus! -dijo Scorpius, mientras se recostaba en la cama de su amigo, en apariencia completamente tranquilo- Aprobarás tus TIMOS, y yo también, y el día después del examen haremos una gran fiesta en la sala común para celebrar.

-Yo no tendré motivos para celebrar hasta que me envíen por lechuza los resultados.

-No seas tan aburrido, Al. ¿Que no tendrás motivos para celebrar? ¿Qué te parece el hecho de no tener que estar las veinticuatro malditas horas del día encerrado estudiando?

-Bueno… -dijo Al, dubitativo-. Sí, supongo que será relajante no tener que estudiar tanto.

-Todavía no entiendo cómo soy amigo de un nerd como tú -dijo Scorpius mientras le revolvía el cabello cariñosamente-. ¿Significa eso que tengo tu permiso para organizar una fiesta cuando hayan terminado de tomarnos los TIMOS?

-¿Lo necesitas? -preguntó Albus, resignado.

-No, la verdad es que no -contestó Scorpius, impenitente-. Tan solo te pregunto para que te sientas importante. Así somos los Slytherin.

-Bueno, pues tienes mi permiso, Scor.

-¡Gracias, oh, mi señor! -dijo Scorpius, y le hizo una reverencia- Ahora, si no os molesta, voy a volver a la sala común. Cecilia necesita que la besen por un par de horas antes de dormirse. Ya sabes, para recordarle que sigo siendo su futuro esposo.

Cecilia Zabini era la novia «oficial» de Scorpius. Los padres de ella y los padres de él eran amigos, y habían arreglado extraoficialmente que sus hijos se casasen al terminar sus estudios en Hogwarts. Scorpius y Cecilia prácticamente habían crecido juntos, y era probable -Albus sospechaba- que hubiesen perdido la virginidad juntos. Pese a ello, a Albus le constaba que Scorpius también se había acostado con un montón de otras chicas, y también había escuchado que Cecilia había pasado por más camas que la de su pseudo-prometido.

A Albus le sorprendía que su amigo Scorpius, aparentemente tan independiente, se plegase con tanta docilidad al proyecto de sus padres. Era cierto que Cecilia Zabini era hermosísima, y que no era tonta ni demasiado desagradable, pero aún así el matrimonio era algo muy importante a ojos de Albus -en especial en el mundo mágico, donde no existía el divorcio- como para dejar que los padres lo decidieran por uno.

Al jamás había conversado con Scor sobre estos temas. Scorpius le contaba todo acerca de su vida sexual (fundamentalmente, con quién tenía relaciones cada semana), pero no profundizaba mucho sobre su compromiso con Cecilia. Mencionaba su futuro matrimonio con tanta certeza e indiferencia como quien hablase de una lluvia prevista para tal o cual hora del día.

En cierto sentido, los TIMOS habían servido para que Albus se olvidase de aquel tema. Era difícil pensar en Scorpius cuando uno tenía tantos exámenes pendiendo sobre su cabeza como la espada de Damocles. Pero esta breve charla con Scor lo había llevado nuevamente a aquello que había estado guardado en un rincón oscuro de su mente durante las últimas dos o tres semanas: sus sentimientos por su mejor amigo.

Albus sabía que era gay desde, al menos, los trece años. Su atracción por los varones no le había parecido realmente preocupante a esa edad, cuando los chicos que le gustaban eran mayores que él, de quince o dieciséis, a los que se limitaba a admirar desde lejos de día y masturbarse pensando en ellos durante la noche. Pero cuando después del verano todos sus compañeros de año regresaron a Hogwarts ya habiendo entrado definitivamente en la pubertad, las cosas se le complicaron un poco. Especialmente en el caso de Scorpius.

Desde que conoció a Scorpius en el Expreso de Hogwarts, Albus jamás había pensado en él más que como un amigo. Había dejado que el Sombrero Seleccionador lo pusiera en Slytherin en vez de pedirle que lo mandase a Gryffindor, como había planeado hacer, porque Scorpius había ido a Slytherin y Al quería estar en su misma Casa. Aquel 1º de septiembre de 2017 había sido el comienzo de su profunda relación, mucho más fuerte que las diferencias que los separaban.

Hasta los trece años, Scor había conservado su aspecto infantil. A los catorce, el hijo de Draco y Astoria Malfoy ya era un adolescente extraordinariamente atractivo. Albus se daba cuenta de eso, y el propio Scorpius también.

Y sacaba provecho de ello.

Así, el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se convirtió en su coto de caza. Cualquier chica medianamente linda y sin novio -aunque el segundo requisito no era imprescindible- era candidata a ser conquistada por él. Por supuesto, Scor se mostraba en público con Cecilia Zabini, pero eso no era un impedimento sino, incluso, un incentivo para las otras chicas: el hecho de acostarse con el novio de una de las muchachas más lindas del colegio las hacía sentir orgullosas; las más románticas creían que Scor en realidad no amaba a Cecilia -lo cual probablemente era cierto-, que le repugnaba casarse con ella -lo cual no era del todo cierto- y que finalmente acabaría huyendo con ellas -lo cual era absolutamente falso.

Cecilia Zabini observaba impasible las aventuras de su novio, con la serena seguridad de que a los diecisiete años, dieciocho a más tardar, se convertiría en la señora Cecilia Malfoy. Pero Albus no podía darse ese lujo. Para él, ver cómo Scorpius intercambiaba fluidos con decenas de chicas cada año -y luego se lo contaba en el dormitorio con lujo de detalles- era un tormento igual o peor que el que hubiera sido no ver a Scorpius en absoluto. Tormento que se había extendido durante todo el cuarto año y durante lo que iba del quinto año de ambos en el colegio. Ahora, Albus encontraba cada vez más difícil estar cerca de Scor. Ya no se trataba de que se jactase de sus conquistas: era todo en Scorpius lo que lo trastornaba. Su cabello tan rubio que parecía blanco, sus ojos grises con vetas azules, su piel, sus labios, su cuerpo, todo en él era hermoso. Ver a Scorpius era ver a algo tan precioso como inalcanzable.

Albus había estado entumeciendo su necesidad de tener a Scorpius mediante el estudio, pero aquella noche fue incapaz de seguir haciéndolo. Levantó del suelo su MP4 y su libro de Historia de la Magia y los dejó en su mesa de luz. Luego se desvistió y se puso el pijama. Esperaba ser capaz de dormirse, pero las imagenes de Scorpius acostado en su cama, Scorpius sonriéndole de esa manera tan especial que tenía de sonreirle, Scorpius revolviéndole el pelo eran demasiado potentes como para cerrar los ojos y dejarlas atrás. Frustrado, Albus recurrió por enésima vez al miserable placer que le procuraba su mano izquierda, y luego de limpiar las manchas con un hechizo, consiguió al fin dormir.


Respuestas

  1. Este fanfic tiene algo que ver.. o tal vez el futuro del otro fic de albus?

  2. No, José, este fanfic no tiene nada que ver con el otro fanfic sobre Albus Potter que estoy escribiendo. Las historias tienen puntos en común, pero nada más.
    ¡Gracias por ser el primero en comentar!

  3. muy bueno,pero a la vez con su toque de sexo que al parecer toma un cambio a lo que era esa imagen tan «inocente» de albus y scorpius me gusto bastante jeje

  4. Excelente fanfic! Felicitaciones!
    Ya mismo, quiero más!

  5. El domingo que viene publico otro capítulo. Paciencia.

  6. Omg!…pobre albus…apenas hoy vi que tenias nueva historia de los niños del epilogo…para mi suerte es SLASH!..(jejej xD)

    Espero el domingo para leer la continuacion =D

  7. A todos nos encanta el slash 🙂

  8. para cuando el proximo post me tienes con una curiosidad que me esta matando jejeje 🙂

  9. El domingo, Mariangel.

  10. anteojos ???? … no q Al no heredó la miopia de su padre ??? no entiendooooo !!!

  11. Este Al Potter no es el mismo Al Potter del otro fanfic, aunque se le parece mucho.

  12. hola
    esta miy bueno, me dio micha risa
    pero QUE ES UN FANFIC? Y QUIE LO ESCRIBIO?

  13. ¿Qué es esta porrrrrrrrrrrrquería?, ¿cómo que Albus es gay?. No, no y no. No voy a seguir leyendo, ya tuve suficiente con el gay de Dumbledore.

  14. OK, homofóbica, no lo leas.

  15. eso de albus gay…..por dios….

  16. me encanta esta mirada mas agresiba a hogwarts y a albus que malo porque gay pero = sigue siendo muy intensa ¿porqu no publicas un libro por lo bajo o una pagina solo con tu fanfics seria interesante

  17. x algo c llama albus no?? heredo su homosexualidad!!! xD

  18. No estoy de acuerdo con los personaje gays, no me llama mucho la tencion, pero tengo que alagarte nuevamente escribes extraordinariamente bien, seguire leyendo.

  19. opino lo mismo que ronaldgranger, pero por supuesto seguiré lleyendo está historia (que en realidad ya terminó)

  20. jAJA MARTIN SIGUO DICIENDO QUE ESCRIBES GENIAL….
    pero no puedo aceptar que albus sea gay!!!
    bueno seguire leyendo porque no me puedo perder un fic tuyo…

  21. Vaya manera de tirar y tirar esos alumnos de Hogwarts. ¿Es que acaso no hay ETS entre los magos?
    Y qué es eso de que a las otras niñitas no les importa que Scorpius tenga una novia oficial… y lo dejan tranquilo. Creo que no conoces lo obsesivas que pueden ser las mujeres. Tu texto está basado más en las esperanzas masculinas que en la realidad.
    En todo caso está muy bien narrado. Repetiré por enésima vez que escribes con talento.

    Aaah… una duda ¿porqué la mano izquierda? ¿Albus es zurdo o es acaso una costumbre de los varones (entiéndase «tú»)?
    Me escurro rápidamente al siguiente capítulo.
    Jejejeje.

    PD: Vaya, acá también estaba tu lector Emmafílico… ya me sale hasta en la sopa.

  22. He estado leyendo tu otro fic y este no se parece en nada…

    Este Albus es más inocente…^^
    Me gusta la manera en la qee escribes, sabes expresarlo muy bien y tus ideas…de donde sacas la creatividad…??

    y qee hacen los homofóbicos aqii…??
    Si no te gusta no lo leas…

  23. espero que el Al de aquí sea igual que el de HR

  24. Maravilloso segun veo este fic lleva muuuucho pero me lo acabo d encontrar esta muy bueno aunk crei k ya no habria mas matrimonios arreglados para leer pero al fin y al cabo muy bueno

  25. Muchísimas gracias por este fanfic. Llegué a él por casualidad y estoy empezando a leerlo. Me siento muy identificada con Albus en este capítulo, pues me gusta muchísimo mi mejor amiga, y tengo que soportar escucharla hablar de todas sus relaciones sexuales. Leer en la ficción lo que me pasa a mí en la vida real hace que sea un poco más llevadero.


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